Relato de la partida escrito por Rafa a continuación:
El Hermano Capitán Aderbaal se dirigió a sus hermanos de batalla por sus intercomunicadores:
-"Hermanos, se nos ha encomendado la tarea de defender este complejo industrial ,es nuestro privilegio el poder cumplir esta orden de nuestro comandante, tomad posiciones, ¡Loado sea el Emperador!"
Las escuadras de marines primaris de las segunda compañía comenzaron a tomar posiciones en un silencio sepulcral que solo se veía interrumpido por los motores del tanque Predator que los acompañaba y por las potentes pisadas del hermano Hanibaal en su armadura Dreadnought .
los sensores auspex comenzaban a mostrar movimientos de tropas enemigas en las inmediaciones aunque la visibilidad estaba limitada por el humo del enorme complejo industrial; de repente un zumbido grave y pesado llenó el ambiente y la luz se tornó azul por unos segundos.
-El capitán ya había visto este fenómeno antes, "Lamentaremos no contar con un hermano del librarium hoy" masculló entre dientes.
A través de unas brechas abiertas en la mismísima realidad surgieron unas enormes bestias , grandes como tanques de batalla y con vórtices de pura disformidad girando alrededor de su cuerpo, detrás de ellas corrían corruptos adoradores del caos y multitud de astartes traidores de los Mil Hijos avanzaban mientras lanzaban rayos mortales con su siniestra hechicería.
La batalla ya estaba en marcha...
El tanque predador comenzó a disparar sus cañones sobre las enormes bestias y sobre una monstruosidad metálica de múltiples patas que disparaba un potente cañón sobre sus hermanos de batalla, un proyectil del pesado cañón de batalla cayó sobre una escuadra de Hellblasters causando numerosas bajas, ante esto en hermano Hanibaal hizo avanzar su enorme armadura Redemptor hacia él y disparando sus cañones gatling sobre el segó las patas de la máquina traidora acabando así con ella aunque al hacerlo se abalanzaron sobre él una de las horribles bestias de disformidad y un pérfido príncipe demonio envuelto en un aura oscura que parecía repeler cualquier ataque; el hermano Hanibaal luchó como un Héroe aunque finalmente cayó ante ambos oponentes, por suerte para todo el capítulo su sagrado sarcófago de adamantio no fue dañado.
Poco a poco el fuego del los marines iba abatiendo al enemigo y gracias a los esfuerzos del anciano Dido y del sagrado estandarte que porta en batalla las bajas entre los hijos de Sanguinius se vieron minimizadas.
En un último intento de cambiar el curso de la batalla el demonio alado se abrió paso y se lanzó contra el hermano capitán, la proximidad de la criatura del caos era perturbadora hasta para un astartes, era como si miles de voces le hablaran desde dentro de su cabeza, susurrando, comentándole lo inevitable de su perdición... el príncipe demonio golpeó a Aderbaal con fuerza pero gracias al emperador el aura de hierro que envuelve su armadura consiguió detener parcialmente el impacto. El golpe sacó al astarte del estado en el que estaba sumido y llevado por la rabia del Primarca golpeó incesantemente a la criatura con su guantelete blindado, la criatura no fue capaz de soportar la ira justa que se desató sobre ella y su cuerpo físico se deshizo, volviendo a la disformidad.
Tras recuperar el mando de su capitán los Ángeles Sangrientos acabaron con los enemigos restantes con las ráfagas de sus bolters y sus cañones...
La batalla había terminado.
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